de
Orgaz
superior
vigilantísimo
de
la
misma
floreciente
ciudad
en
el
año
de la salud cristiana de 1588".
Los
dos
balcones,
soportados
sobre
el
arco
de
la
puerta
principal,
daban
al
gran
salón
cono
cido
por
"El
Castillo",
donde
se
hallaban
las
cel
das
que
servían
de
prisión
a
los
nobles
y
caballe
ros,
y
del
que
era
Alcalde
el
duque
de
Medinaceli
representado
por
un teniente.
Cercana
a
ella
se
encontraba
uno
de
los
hu
sillos
del
rio
cuya
obra
conmemoraba
una
lápida
de
pomposa
y
larga
inscripción
y
que
se
colocó
siendo
Asistente
de
Sevilla
el
Conde
de
la
Corzana;
también
en
sus
proximidades
existieron
dos
fuentes
públicas,
una
de
las
cuales
se
con
servaba
todavía
hacía
1
904
y
que
fue
construi
da
en
1816
por
el
Asistente
D.
Francisco
Laborda
y
Pleyler.
Así
en
líneas
generales
era
esta
puerta
de
-
saparecida
situada
en
la
muralla
de
la
ciudad
en
el
lugar
que
hoy
ocupan
la
confluencia
de
las
ca
lles
Gravina
y
Zaragoza
en
su
encuentro
con
la
de
S.
Pablo.
Por
ella
se
salía
de
Sevilla
y
descen
diendo
a
través
de
una
regular
pendiente
se
llega
ba
al
puente
de
barcas,
atravesando
lo
que
en
tonces
era
parte
del
"Arenal
de
Sevilla".
Por
su
nombre
y
por
su
gran
vinculación
con
el
barrio
y
con
independencia
de
algunos
hechos
singulares
y
conocidos
que
allí
acaecie
ron,
presentamos
aquí
algunos
aspectos
de
su
historia
poco
conocidos
y
relacionados
con
los
últimos
días
de
su
vida.
Ya
sabíamos
que
esta
puerta
presenció
la
fabulosa
entrada
de
Felipe
V
en
30
de
febrero
de
1
720
y
la
de
Carlos
IV
en
1796
y
también
la
de
José
I
en
1910,
como
asi
mismo
en
1812,
la
entrada
de
las
tropas
españo
las
tras
derrotar
a
as
francesas
y
como
el
16
de
junio
de
1823
el
general
López
Baños
derribó
a
cañonazos
sus
hojas
y
dañó
su
remate
para
salvar
a
la
ciudad
del
furor
de
los
absolutistas.
Pero
fuera
de
estas
y
otras
efemérides
circunstanciales
la
puerta
se
convirtió
en
sus
últimos
años
en
noticia
casi
diaria
por
las
reformas
que
sufrió,
y
que
la
de
gradaron
substancialmente
y
sobre
todo
por
la
po
-
lémica
que
planteó
su
derribo.
Siendo
Asistente
de
la
ciudad
D.
José
Abalo
y
con
motivo
de
una
de
sus
reformas
D.
Juan
Ma
nuel
de
Vivero
vecino
y
veinticuatro
de
Sevilla protesta en 15 de diciembre de 1786 en los si
guientes términos ante
aquel
“Sobre
estar
creído
de
que
la
porta
da
de
la
Puerta
de
Triana
es
obra
antigua
y
la
mejor
de
las
que
tiene
Sevilla
y
por
lo
mismo
no
ha
debido
permitirse
que
sin
haber
procedido
licencia
de
V.
S.
se
le
es
té
defigurando
Triana del Recuerdo